Los que vivimos, en la Comunidad de Brisas de Oriente, generalmente somos llevados por por la necesidad o el placer de viajar hasta las regiones del oriente del país y al a ver tantas personas oriundas o con fuertes lazos en esas regiones generamos mucha información entre uno y otro extremo, tanto que si se pudiera ver desde el cielo se notaria como si el viento o, mejor dicho, las brisas de oriente llegaran hasta los altos mirandinos. En unas de esas brisas, de esas necesidades de encontrarme con tierra de mis ancestros, fui hasta Cumaná y no puedo dejar de pensar en la impresión que uno se lleva de una tierra tan querida.
Cumaná es hermosa por si sola, es allí donde nace el sol más temprano, es donde comienza ha desaparecer la oscuridad, pero sin embargo Cumaná se queda como un destino potencial, no en vano muchos la llevan consigo, porque es una Ciudad tan falta de atención de cuidados, hacer turismo en ella es sólo tentativo, están llena de "Vikingos", muchas de sus calles comerciales esta saturadas de comercios informales que la inundan de basuras y desperdicios,es, como muchas capitales del país,un centro de buhoneros, sí hay espacios como plazas que se están recuperadas y otras restauradas, pero la visión que se lleva uno del conjunto es de un destino que alguna vez será realmente turistico, por sus playas, por su gente, por su clima, por la disposición plana de la ciudad.
Cumaná necesita como regalo en sus quinientos años dejar de ser un potencial y erigirse, establecerse, como la primera potencia turística del caribe para que todos los venezolanos nos encontremos temprano con la magia del sol y la bendición de las aguas caribeñas.
Y el humano derecho
Al erguirse triunfanteVio el esfuerzo pujante
De Miranda en acción.
Su deber es luchar.